Es necesario definir los indicadores del negocio, de cada área y funciones con el propósito de medir la eficiencia, efectividad y rendimiento.
En nuestro modelo de áreas funcionales para una empresa madura, identificamos a una de ellas como “estructura organizacional” lo que permite llevar adelante a la empresa en su camino por las etapas, desde la «puesta en marcha» hasta la «expansión»:
¿Por qué mejorar la estructura organizacional?
LO QUE NO SE PUEDE MEDIR, NO SE PUEDE CONTROLAR Y LO QUE NO SE PUEDE CONTROLAR, NO SE PUEDE MEJORAR.
Cuando el empresario no tiene experiencia, suele crecer sin orden en el sistema de actividades de la pyme. Ingresan colaboradores a los que se les asignan tareas, según la necesidad de las áreas. ¡Y es muy probable que llegue a tener una situación caótica! Un caos que luego requerirá mucho esfuerzo para controlar y poner orden.
Es por tal razón que el empresario, desde la etapa de funcionamiento regular, debe ir organizando las actividades de las áreas funcionales. Tanto las comunes o de apoyo, como las actividades y tareas de los roles que no sean comunes o que sean muy “propios” para su tipo de empresa.
Sistematizar las actividades por rol o por puesto de trabajo, definiendo «entradas», «salidas», recursos, herramientas, etc., ayudará a organizar y a delegar, cuando corresponda hacerlo. Es un esfuerzo adicional que debe hacer el empresario para avanzar en la organización de su empresa.
Al formalizar un sistema de actividades estando en funcionamiento estable, por ejemplo, se debe considerar la distribución «jerarquizada» de las responsabilidades, asignando recursos y poder de decisión. En este caso, saber delegar es un aspecto crucial para asegurar el buen desempeño de la organización formal.
– Beneficios de sistematizar tu negocio –